Estamos en un momento en el que la tecnología es parte activa en nuestra actividad diaria, la usamos prácticamente para todo y se ha convertido en un elemento indispensable en la comunicación de las personas, transformando el mundo, tal y como lo conocíamos, en tan solo unos pocos años.
Nuestros hábitos han cambiado, ahora podemos conectarnos con cualquier persona, en cualquier lugar y a cualquier hora, tenemos acceso a la información de manera inmediata, en tiempo real.
La llegada de internet, de los Smartphones, del 3G, el 4G… y la inminente llegada del 5G están cambiando nuestras vidas de una manera tan rápida que apenas tenemos tiempo para asimilarlo. Ahora tenemos muchas oportunidades, estamos en un mundo de verdad global, pero también nos enfrentamos a unos nuevos retos de los que apenas conocemos sus consecuencias. El uso indiscriminado de los móviles, la ciberseguridad, el control de nuestros datos o la pérdida de relaciones personales directas son algunas de las cuestiones a las que las nuevas tecnologías nos van a hacer enfrentarnos en los próximos años.
En lo que se refiere al ámbito profesional, el de las empresas, el uso de la tecnología lo ha cambiado casi todo. La tecnología siempre ha sido un aliado fundamental en la transformación de las empresas, en su crecimiento y desarrollo, siendo el factor diferenciador para posibilitar todo ello.
Hasta la fecha podemos identificar de forma clara, históricamente 3 grandes revoluciones industriales, pero ¿qué nuevas revoluciones nos llegan? ¿estamos preparados? ¿están preparadas las empresas?
La tecnología ha facilitado la revolución y el desarrollo industrial, podemos marcar varias etapas clave en el desarrollo económico y empresarial a nivel histórico:
Primera Revolución industrial
La primera revolución industrial nace del desarrollo de la máquina de vapor, su incorporación a las empresas revolucionó absolutamente todo, desde la productividad a los acabados finales, pasando por el modelo de relación laboral dentro de cada empresa.
La Revolución Industrial es el proceso de transformación económica, social y tecnológica más importante que se ha producido en la historia de la economía, hasta la segunda mitad del siglo XVIII. La revolución industrial nace en Gran Bretaña, y posteriormente se extiende a toda Europa y más tarde a América. Concluye entre 1820 y 1840 y desarrolla el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia transformando una economía rural basada en la agricultura y el comercio a una economía basada en la mecanización y la industrialización.
Gracias a la revolución industrial a partir de 1800 la riqueza y la renta per cápita crece como nunca antes en la historia.
Segunda Revolución industrial
La segunda revolución industrial se produce entre 1850–1870 hasta 1914. Durante este periodo los cambios sufrieron una fuerte aceleración.
La energía eléctrica, el motor de combustión interna, los combustibles fósiles, el petróleo, dan lugar a la Segunda Revolución Industrial.
Todos estos factores facilitan y potencian los métodos de producción, las fábricas comienzan a crecer y las ciudades potencian su desarrollo. El automóvil nace como producto en serie revolucionando las cadenas de producción. Henry Ford comenzó a producir en masa el coche de motor de gasolina.
Las nuevas fuentes de energía como el gas, el petróleo o la electricidad; el descubrimiento de nuevos materiales y nuevos sistemas de transporte (avión y automóvil) y comunicación (teléfono y radio) transforman todos los ecosistemas de trabajo. Así como los modelos educativos y científicos. Las empresas se transforman, se empiezan a desarrollar modelos de organización orientados a poder asumir estos cambios y afrontar procesos de crecimiento, siendo, por primera vez importante el concepto de la internacionalización.
Tercera Revolución industrial
La Tercera Revolución Industrial es un proceso que viene definido por los cambios experimentados a principios del siglo XXI en las comunicaciones o la energía.
La Tercera Revolución Industrial se asienta sobre nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Los nuevos modelos de comunicación y el desarrollo tecnológico ofrecen posibilidades nunca antes soñadas, a un ritmo tan rápido que dificulta su asimilación efectiva tanto a nivel particular como dentro de las empresas y organizaciones.
Estamos en un mercado global, con muchas posibilidades, que permite el acceso a la información, la educación y los negocios a cualquier persona en cualquier parte del mundo. Por primera vez en la historia esto sucede de forma natural. Ahora bien, todas estas ventajas pueden convertirse también en todo lo contrario. No tener acceso de forma sencilla a los avances tecnológicos produce una desigualdad social en fuerte crecimiento y cada vez más evidente.
Con todo ello se pone de manifiesto la rapidez e inmediatez de los cambios y el progreso que la tecnología proporciona a la sociedad. En un siglo todo ha cambiado, y los cambios cada vez se producen de forma más vertiginosa. Estamos ya inmersos en lo que algunos llaman la cuarta revolución industrial, la Industria 4.0, donde se fusionan todo tipo de tecnologías, las ya existentes y las experimentales, inteligencia artificial, robots, nanotecnología, conducción autónoma, biotecnología. Impresiones 3D….
La Industria 4.0 crea lo que se conoce como «fábricas inteligentes«. Internet de las cosas, posibilita la comunicación y cooperación entre máquinas y sistemas autónomos que antes estaban aislados, de la misma manera que los humanos lo hacemos, hasta hace poco únicamente de modo presencial y ahora también a través de internet.
Y llega el 5G, ¿será la siguiente revolución? ¿Cómo te va a afectar? ¿Va a cambiar tus hábitos? ¿Va a cambiar tu manera de trabajar?
La respuesta es obvia. No solo va a cambiar todo, sino que ya lo ha hecho. ¿eres capaz de vivir sin correo electrónico, sin móvil o sin internet? Quizás sí lo seas, pero no de la misma forma que lo haces ahora. Nuestros hábitos han cambiado tanto en tan pocos años, que ni siquiera sabemos las consecuencias físicas y mentales que nos van a acarrear en los próximos años. Ya no nos relacionamos igual, ni siquiera escribimos igual, hemos pasado en poco tiempo de escribir cartas y postales, de revelar fotos, a mandar whatsapps, hacer videoconferencias o enviar fotos y vídeos de nuestras vacaciones en tiempo real. El teléfono móvil nos ha cambiado tanto que ya ni siquiera lo usamos para hablar, ahora mandamos mensajes, audios o vídeos, usamos redes sociales y primamos la imagen sobre la escritura y el audio.
En las empresas pasa lo mismo, aunque por primera vez en la historia, los cambios y avances tecnológicos no los lideren las empresas, sino los individuos. Los cambios son tan vertiginosos que los procesos de transformación en las empresas no son fáciles de implementar en las organizaciones. En muchas empresas el uso de la tecnología se ajusta a lo estrictamente necesario e implementar procesos innovadores que impliquen el uso de la tecnología no es sencillo, son su empleados quienes lo hacen por ellos, quienes demandan estos cambios.
Los procesos de formación y comunicación en las empresas están cambiando pero lo hacen de forma demasiado lenta para atender a las necesidades de sus empleados. Si las empresas siguen pensando en que la única o principal manera de formar a sus empleadas y empleados sigue siendo la formación presencial o la manera de comunicar noticias es una intranet o el uso del mail. Algo no funciona.
Todas y cada una las personas de tu organización tienen, por primera vez en la historia, un elemento común mediante el que pueden recibir formación y comunicación, su teléfono móvil. Además, aunque sea un dispositivo propio, no de la empresa, están dispuestos a utilizarlos sí, y solo sí, su uso les revierte beneficios.
El móvil, el 5G, la multicanalidad… son la verdadera quinta revolución tecnológica y las empresas deben saber buscar sus ventajas, tanto para ellas, como organizaciones, como para sus empleados.
Microlearning, el vídeo como elemento formativo, aplicaciones móviles o gamificación desde el móvil son realidades ya existentes que hacen que la experiencia de empleado sea cada vez mejor. Comunicar y formar a las personas de tu organización usando el móvil no es una opción, es una necesidad para poder desarrollar políticas de recursos humanos efectivas. Esto no quiere decir que dejemos de formarnos mediante la formación presencial tradicional. Este modelo siempre será necesario, y en muchas ocasiones imprescindible dentro de un modelo formativo global. Ahora bien, definir un modelo formativo efectivo, hoy en día implica el uso combinado de tecnología y presencia, adaptándolo a cada proyecto.
En FIT Learning proponemos un modelo formativo combinando tecnología y formación presencial, basado en 3 fases, combinando todas ellas de la forma más adecuada posible a las necesidades de cada proyecto:
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Microlearning y vídeo
Mediante el uso de vídeo en formato microlearning. Usando vídeos de corta duración, diseñados para su uso desde cualquier tipo de dispositivos (móviles, tablets y ordenadores). Podemos conseguir una formación de base, genérica, muy efectiva, facilitando el acceso personalizado a la formación desde cualquier punto, en cualquier lugar, a cualquier hora. El uso de evaluaciones, material de descarga complementario, tareas, chats, foros… se puede ofrecer como una excelente experiencia de uso.
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Gamificación
Gamificar un proyecto implica ofrecer diversión en lugar de esfuerzo, esto es un éxito siempre y cuando se implemente adecuadamente. Nuestra propuesta es jugar poniendo en práctica los conocimientos adquiridos mediante el visionado y aprendizaje realizado con los vídeos de la fase 1. Usamos retos, logros, objetivos… De manera que conforme se vaya respondiendo a preguntas sobre la temática elegida, el usuario aprenda a la vez que se divierte. Todo ello en un entorno medible y evaluable.
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Formación presencial
Por último, y no menos importante, al final del camino formativo, se encuentra la formación presencial. En muchas ocasiones la formación presencial es imprescindible, si se trata de formaciones prácticas como el uso de herramientas o formaciones técnicas, probablemente no podamos completar un proceso formativo omitiendo la presencia, ahora bien:
- ¿Es imprescindible que la formación presencial cubra los aspectos más teóricos?
- ¿Qué beneficios aporta la formación presencial para aspectos teóricos?
- ¿Podemos reducir el número de sesiones y horas presenciales?
- ¿Debemos tener en sesiones presenciales a alumnos sin interés que pueden ralentizar el avance de la misma o simplemente imposibilitar la consecución del objetivo final?
Nuestro modelo implica :
- Reducir entre un 50% y un 90% el número de horas y sesiones presenciales
- Limitar el acceso a formaciones presenciales para alumnos:
- Que han adquirido unos conocimientos básicos previos.
- Que tienen un interés demostrado en asistir a las sesiones presenciales.
- Reducir los costes formativos directos de las sesiones presenciales, en favor de material reutilizables en otros proyectos. De manera que revierta en la calidad global del proyecto formativo.
Todo esto ya ha llegado. Ya está aquí, pero no ha hecho más que empezar. En 5 años las conexiones a internet serán casi ilimitadas y accesibles desde cualquier lugar. Si tus empleados usan ahora sus móviles para casi todo, ¿te imaginas que pasará dentro de 5 años?
¿Están preparadas las empresas para ofrecerles soluciones, formación o simplemente comunicarse de forma efectiva con ellos a través de sus dispositivos?
¿Está preparada tu empresa? Llega una gran revolución que afectará a la comunicación y formación de las organizaciones, ¿Qué vas a hacer para sumarte a ella?