Con la llegada de septiembre, muchas organizaciones retoman el ritmo tras la pausa estival, revisan sus objetivos y refuerzan sus planes de desarrollo del talento. Este último trimestre del año es una oportunidad estratégica para impulsar el aprendizaje dentro de las empresas y prepararse con solidez para 2026.

En FIT analizamos las tendencias que están marcando el panorama de la formación corporativa.

1. Reskilling y upskilling: formación con propósito

La necesidad de adaptarse a entornos laborales cada vez más dinámicos ha convertido el reskilling (reconversión de habilidades) y el upskilling (actualización de competencias) en prioridades dentro de los equipos de formación y recursos humanos.

Este último trimestre es clave para detectar brechas de competencias, preparar al talento para asumir nuevos retos y garantizar que la organización esté lista para afrontar los cambios que traerá el nuevo año.

2. Microlearning: aprendizaje ágil para equipos exigentes

El cierre de año suele venir acompañado de una alta carga de trabajo, lo que hace que los formatos tradicionales de formación resulten menos viables. En este contexto, el microlearning (contenido breve, enfocado y de fácil consumo) emerge como una solución eficaz.

Esta metodología permite integrar el aprendizaje en la rutina diaria de los equipos sin interrumpir la productividad. Además, mejora la retención del conocimiento y facilita la aplicación inmediata en el entorno laboral.

3. Formación con impacto medible

Cada vez más empresas buscan datos claros sobre cómo la formación impacta en el rendimiento y los resultados del negocio. La simple participación ya no es suficiente; ahora se mide la transferencia del aprendizaje al puesto de trabajo, el desarrollo de competencias específicas y el retorno sobre la inversión formativa.

Las plataformas y metodologías que permiten hacer un seguimiento preciso de estos indicadores están ganando terreno, y su implementación se vuelve esencial para una estrategia de formación sostenible.

4. Desarrollo de soft skills: el nuevo diferencial competitivo

En entornos laborales marcados por la digitalización, la colaboración remota y la incertidumbre, las habilidades blandas se posicionan como un factor decisivo en la productividad de los equipos.

Liderazgo adaptativo, comunicación efectiva, pensamiento crítico o inteligencia emocional no solo favorecen el rendimiento individual, sino que también refuerzan la cohesión y la resiliencia organizacional.

Por ello, cada vez más empresas integran el desarrollo de soft skills dentro de sus programas de formación estructural, en lugar de tratarlas como acciones puntuales.

5. Formación personalizada y centrada en la experiencia del usuario

Los profesionales demandan experiencias formativas que se adapten a su realidad, tanto en contenido como en formato. La personalización ya no es un valor añadido, sino una expectativa.

Diseñar experiencias de aprendizaje relevantes, flexibles y bien contextualizadas se ha convertido en un estándar de calidad. Elementos como la tutoría personalizada, la gamificación y el aprendizaje adaptativo ayudan a mejorar la experiencia y el compromiso del participante.

Mirando hacia adelante

Estas tendencias no son pasajeras: están definiendo el nuevo estándar en formación empresarial. Desde FIT trabajamos para integrar estas claves en nuestras soluciones formativas y ofrecer a las organizaciones herramientas eficaces, medibles y adaptadas a sus desafíos reales.

El próximo lanzamiento previsto para finales de septiembre está alineado precisamente con estas tendencias, y marcará un nuevo paso en nuestra forma de entender el aprendizaje corporativo.

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